Soy María, tengo 19, este año cumplo 20, soy de Madrid aunque ahora mi
lugar de residencia es Segovia por motivos de estudios. En Madrid vivó
con mis padres, aquí en Segovia la “familia” se ha aumentado, vivimos mi
tía Emi, mi tío José, mi tía María Carmen, mi prima de 5 años Lucia y
mi prima de 9 meses Celia. El cambio de residencia también ha sido algo
significante en mi vida, porque de vivir tres personas en una casa a ser
el doble es algo muy difícil, para mí ya que me he tenido que habituar a
esta situación.
Yo soy una persona muy independiente, me gusta tener
controladas mis cosas, y según mi padres a veces las de los demás, soy
sociable, aunque al principio me cuesta coger bastante confianza con las
personas y me cuesta a veces relacionarme con ellas, y se diferenciar
las cosas y adaptarme a las diferentes situaciones.
Una de las cosas
más importantes que me ha pasado en mi vida es, y espero que lo siga
siendo durante muchos años, que mi mejor amiga, Beatriz, de la cual soy
inseparable, la conozca desde que tenía 3 años, hemos ido juntas a la
guardería, al colegio y al instituto. Hemos compartido viajes y
experiencia. Cuatro viajes que he vivido con ella y que recordare
siempre han sido cuando fuimos a Benasque a esquiar, a los 16 años
cuando fuimos de intercambio a Italia y nos apoyábamos mutuamente, ya
que la italiana que nos toco era un poco rancia, los otros dos son de
este años uno cuando fuimos a la playa, Málaga, todos los amigos y el
otro cuando fuimos a Barcelona las dos, fue un viaje donde nos conocimos
mucho más como persona, vivimos y conocimos cosas nuevas.
A los 7
años comencé a montar a caballo, por una parte inculcado por mi padre y
otra por gusto propio, cuando montaba tuve momentos malos, como caídas o
ejercicios que no me salía, y buenos como conocer a unos animales tan
nobles y buenos como pueden ser los caballos. Un mal momento que viví, y
que fue el causante de tener que dejar de montar a caballo aunque fue
un cumulo de cosas, fue una caída que me marco mucho psicológicamente
porque ya me veía incapaz de seguir realizando esta actividad.
A los
11 años me marco mucho la muerte de mi abuelo, aunque la verdad todas me
han marcado de cierto modo. Sé que si mi abuelo viviera todavía habría
aprendido millones de cosas y me contaría mil anécdotas de esa vida tan
interesante que él tuvo.
El entrar en el instituto también de cambia y
de desarrolla como persona, como cualquier situación nueva en la vida,
allí conocí a las personas que hoy en día son mis amigas y también a
profesores que en cierto manera han marco en vida, para bien o para mal.
A
los 17 hice el primer viaje con mis amigos, sin padres y sin
profesores, resumen sin control ninguno. Fuimos a la playa, a Málaga,
allí nos descontrolamos como nunca y tuvimos una convivencia muy
agradable.
Los 18 fue un momento de “parón”, mientras casi todas mis
amigas estaban estudiando una carrera o un modulo yo no hacía ni el
huevo, lo único que hacia era estudiar para prepararme selectividad.
También me descontrole mucho y salía mucho de fiesta. Cuando me empecé a
centrar, comencé a estudiar enserio para selectividad, me presente y
aprobé. El verano de los 18 fue el mejor de mi vida. En vacaciones nos
fuimos a la playa, como el verano pasado e incluso al mismo lugar, allí
cumplí mis 19 años y mis amigos me montaron una fiesta en la playa, en
aquel momento todo era perfecto. Es año no fue tan perfecta la estancia
en la playa ya que tuvimos algún que otro mini conflicto.
Después de
las vacaciones me vi un poco como en el año de los 18 sin hacer nada,
pero al final conseguí una plaza en la universidad de Valladolid, en el
Campus de Segovia, en una carrera que me encanta, Publicidad y Relación
Públicas, en eso momentos no me agradaba mucho el echo de cambiar de
ambiente, y de lugar de residencia como he comentado antes, y tener que
conocer gente nueva. Me costó adaptarme al principio un poco pero luego
todo fue de maravilla. La convivencia con mis tíos y primas, el conocer
gente nueva y adaptarme a las nuevas asignaturas ha ido todo bien. He
conocido a personas que en poco tiempo se han vuelto súper importantes
en mi vida y que me demuestran cada día que merece la pena estar con
ellos compartiendo este momento.
La última cosa que me ha marcado, de
momento en mi vida, ha sido el viaje a Londres para visitar a mi primo
Fernando, el cuál fui con la persona que me dio la vida y que más me
importa junto a mi padre, es mi madre. Allí las dos conseguimos
desenvolvernos en un entorno y un idioma muy diferente al nuestro, y
también consolidar nuestra relación de madre e hija.
De momento este
el resumen de las cosas más importantes vividas en mis 19 años, aunque
hay muchos más pero que no puede expresas por motivos de sintetizar. Me
queda mucho por vivir, eso espero, y me gustaría recordarlos todos y
cada uno de ellos.