Hoy he comenzado mi taller de dibujo, el cual corresponde a
las Jornadas de Huellas de la Ciudad. En este taller he participado con dos
compañeros, y amigos, como son Juanmi y Virginia, también había más gente de otros
grupos y cursos, e incluso un chaval que venia de Ávila.
El taller lo hemos realizado en la estación de cercanías de
Segovia. Eva, nuestra profesora, nos ha presentado a Sofía Madrigal, pintora
segoviana afincada en Madrid. Sofía nos ha comenzado a dar una serie de
instrucciones de como debíamos realizar nuestro boceto, y que es muy sencillo
llegar de lo feo a lo bonito. Ella se ha
puesto a pintar rápidamente un boceto con carboncillo del depósito, las
escaleras y el fondo, todo rápido y perfecto. Luego nos ha dado vía libre para
que nos inspiremos en un lugar u objeto de la estación y pintemos sobre
él. Yo he elegido la casa de CORREOS que
hay abandonada, realizando un boceto sencillo y no perfecto, porque mi idea de
arte es mínima. Al final, todos hemos puesto en común nuestros trabajos, he
podido comprobar que hay grandes artistas a nuestro alrededor.
Ella nos ha dado esa seguridad de no tener miedo y expresar
lo que sentimos. De no tener que preocuparnos si tenemos que utilizar mil
papeles o si empezamos con una idea y eso no nos convence y cambiamos. En
conclusión que arriesguemos y que no tengamos miedo.
El viernes es el último día del taller y vamos a pintar en
la Alameda, para cambiar el paisaje, a un paisaje más verde y natural.
Sofía como persona es genial. Te da mucha confianza y siempre
te ayuda si necesitas algo, también se le ve con mucho espíritu y libertad.
También, en general, nos hemos dado cuenta del poco uso que
tiene esa estación y las cosas tan interesantes que tiene. Lo único que sirve,
salvo para cuatro viajes que hace para Madrid, es de encuentro de jubilados,
los cuales se dedican a dar paseos. Al vernos a nosotros hoy, se les habrá descolocado
un poco esa rutina de no ver más allá de unos cuantos viajeros.
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