Las IV Jornadas de Huellas de la
ciudad transcurrieron con normalidad y fueron bastante interesantes. Para mi
trabajo de Huellas no me fueron de gran utilidad porque hace una semana que lo
termine, pero si me pueden servir para futuros trabajos.
La Jornadas del miércoles fueron
dedicadas a la naturaleza. El primer exponente fue Juan Antonio Rodríguez
Llano, “Segovia, una mirada salvaje”, nos hablo del paisaje natural de Segovia
y de Castilla y León, tanto fauna como vegetación, nos puso dos documentales donde
en el último comprobaba como la naturaleza se adapta a la mano del hombre. La
segunda charla fue “Herederos del Tiempo” por Javier Bollaín, la cual me parece
muy interesante y vi muy original y entretenido explicar el origen de la tierra
en 24 horas, la pregunta que me marco de este exponente fue ¿Qué es el tiempo?
La cual todavía no se responden. El última exposición fue la más entretenida y
la que causo mayor expectación, “Hasta que se apaga el eco. Piedra, eco,
ciudad”, realizada por Carlos de Hita, nos puso unas reproducciones de los
sonidos de naturaleza, e incluso del campanario y las monjas dominicas, que
transcurren en Segovia en diferentes horarios. El sonido que más me gusto fue
el de la tormenta, porque cerré los ojos y sentía que estaba en la tormenta.
El miércoles también fui con mis
compañeros a visitar la exposición temporal de Esteban Vicente. Ese tipo de
arte no lo suelo apreciar mucho, pero me pareció muy interesante las historias
que nos contaba la guía y el recorrido que nos hizo del museo.
La Jornada del jueves fueron las
dedicadas a las artes plásticas. El primero fue el fotógrafo José María Mellado
con “La huella humana en el paisaje. El eterno retorno”, nos comento sus
fotografías y el hecho de hacer una foto a algo feo y mirarlo con otros ojos,
también como suele trabajar el y el entorno donde las haces, ya que todas sus
fotografías naturales tienen una representación humana. La segunda y la tercera
fueron las escultoras Blanca Muñoz, con “El lugar como constructor de la
forma”, y Sel Jiménez, con “El paso lento del arte vivo”. La primera nos
explicó sus obras de arte, en lo que se basa que es en el cosmos y la
naturaleza. La segunda nos hizo un paso de la historia del arte a partir más o
menos de las vanguardias hasta nuestro días, y nos explico sus obras basadas en
la naturaleza, la que me llamo la atención fue su obra de las alpacas, algo tan
significativo sirva para hacer una obra de arte me sorprende, y la que más me
gusto la escultura de su perra Abril.
Escultura y cuadro de Sel Jiménez
Escultura de Blanca Muñoz
Escultura de Blanca Muñoz
La Jornada del viernes, el último
día de conferencias, fue la parte más literal. Los tres hablaron de como descubrir
ese “misterio”. El primera charla fue de
Sergio Artero, poeta y teatrero, conocido por mi por a ver sido mi profesor de
los talleres de teatro. En “El cielo nunca es el mismo” nos leyó un relato
sobre la poesía y el teatro, las diferencias y similitudes que poseen. La segunda
fue Eva Navarro, profesora mía de Educación, Comunicación y Sociedad en el
contexto digital, con “Paisaje que nunca duerme”, fue la que más me gusto, nos
hizo un paseo de sus viajes, los que le han inspirado a escribir y le han
ayudado a ser como es. A mi la historia
que más me apasiono fue la que vivió en Azerbaiyán, con esa gran persona que es
Lyubitʹ. La última de la mano de Ramón Mayrata, “Los tiempos de la ciudad”, nos
recorrió del paso del tiempo en la ciudad a través de un relato y usando
nuestra imaginación. Para finalizar, en el coloquio, un componente del público
dijo una frase, la cual no recuerdo muy bien de quien era, que era “Las
penurias de la vida no las curan la ciencia”.
Y así es como finalizó esta
Jornada de Huellas tan interesante que transcurrió estos días.
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